Aquel cielo nativo

Por Ramiro Milenio

24 agosto 2006

Partal paz sesteando



De aquel otro tiempo nuestro donde el rumor del agua en las acequias semejaban risas y fiesta, donde el dulzor de hortalizas y viñas, cuando las abejas miel dadivaban, cuando el cielo era azul añil y el viento gozo y prestancia









obra de Bruno Di Maio



Asombrados en amapolas y jaramagos
transversados de luz ámbar y suspiros
llegados a un transitar dúctil de palabras
nos ocurrimos gozosos más diligentes
plácidos entre almenas de fragante paja
acunados halagados del heno fresco

Orillados después al agua y la acequia
de hierba buena llena y otras plantas
donde gozan mansión ranas cangrejos
y abundantes colonias de insectos
filtra alegre diurna estancia el docto sol

Color de la plata fluyendo nos acompaña
y canta sonajero de carcajadas la ufana
cascada que avanza hacia el remanso
donde después de bañada la osada
Luna vino a posarse en tu espalda
que me envolvía que me saciaba
que en acometidas tiernas en besos
demudada ahíta y tenazmente
exaltada grácilmente hacías Tanto
Tanta memoria acumulada en el tacto
en la boca en la mirada enervada
en esas manos que nos ciñen en esa
voz que embarga y torna deseo
y libertad y maravillas sustancian

Es un tiempo de primor y sutil
dejanza emanada donde los versos
cifran las certezas y la piel esgrime
su ser desnudo y codiciosa proclama
estada la materia en su nácar algarabía

de Aquel cielo nativo