Aquel cielo nativo

Por Ramiro Milenio

30 marzo 2014

Jardín d´ Eden

Obra de Ausin Sainz

JARDÍN d´ EDEN
Dulce armonía del mejor sentido.
Respirando dulzores.
En pámpanos opimos,
de perlas, plata y oro dan racimos.

“Paraíso cerrado para muchos,
jardines abiertos para pocos”

Pedro Soto de Rojas
Escalada la montaña entre veredas de penumbra
el frescor aromizado de lavanda y viento bañado
en el majestuoso Ródano que a sus pies transita
lugar protegido por las tres torres y el orgulloso
château originalmente belicoso y lúgubre, a más
de porque sí evocador de tiempos otros y bello

Soto de Rojas renacido en el Jardín del Edén
que en Tournon se descubre Paraíso velado
para muchos, jardines abiertos para todos
con sus vestales y dioses escalares vigilantes
ante los pródigos ejércitos de la vid del l´Hermitage
que acechan arremetida de Baco y sus envites de risas
y rumorosos gozos agasajadores y prometeicos

Los estanques y baños, otrora romanos, anhelantes
viven de otros pobladores venidos y lustrosos cuerpos
en que conciliar sus aguas sombrías y misteriosas
candorosas a pesar de sí y convidadas al navegante

La lavanda a mi lado, vaharada y exultante
certifica el embeleso del instante acontecido
en su seno, del asombro fascinado del bosque
y del osario de la ciudad enjundia de sus gentes
que agasajan y se ofrecen, dádiva y verdad
sin merma, que te regalan de sí y lo suyo
y te hacen más siendo tú en ti junto al todo

Cúmulo de existencia y tiempo en el lugar
que te impregna, mayor hace y trasciende