Aquel cielo nativo

Por Ramiro Milenio

05 octubre 2006

Memoria


El yo entregado por lo otro. El/lo otro aferrado a lo nuestro. La lascivia del tiempo roto por el desentendimiento de lo propio. El discernimiento que alimenta el camino con el incendio del destino sin termino




Obra de Alejandro Cañada


Rafael dijo: Premonitoriamente

¡Qué dolor de papeles
que ha de barrer el viento
qué tristeza de tinta
que ha de borrar el agua!

Y fueron cantadas: A grito en voz
Recordadas en gargantas mil
De mente: Transmutadas en mente
En rostro y rostro y labios

!No nos moverán!

Dijo Dolores: Y perdiéronse las palabras
entre el humo de la pólvora y del tiempo

¡Qué soledad: Hombres
Qué soledad más ingrata!

Actos estos que ya no existen
Nadie cántalos en sus conjuntos
Sí: Se cumplieron las premoniciones
Fatal: Fatídicamente

¡Qué triste
Qué pena
Qué dolor de soledad
Ésta
de las soledades!

A su vez Fonollosa habló en la Ciudad del
hombre y confesó: Viril: Racionalmente su acto
Creando escuela: Dejando testimonio...

De un tajo la corté. Con el machete
Corté de un sólo tajo su cabeza
"Miradla bien aquí", les dije alzándola
con el grito iniciado aún en su boca.

..."Fijáos en el cuello. Sólo un tajo"
les dije. Y los demás se me apartaron
con asombro y respeto en la mirada.
Aún se habla de mi hazaña en aquel pueblo.

en Tamiz de Soledades